martes, 8 de enero de 2013
''El Freddie que yo conocí y amé''
Cuando Freddie Mercury anunció que quería grabar con la soprano española Montserrat Caballé, todos, incluyendo a los otros miembros de Queen, pensaron que se había vuelto loco. Pero él se rehusó a que lo disuadieran y su primera colaboración, en el single Barcelona, llegó al 'Top 10' en octubre de 1987.
Caballé disfrutó tanto la experiencia que sugirió que hicieran un álbum conjunto con el mismo nombre. Durante 18 meses se encontraron regularmente para grabar juntos. Entonces, un día, Mercury retrocedió cuando ella abrió sus brazos para abrazarlo. “Dijo: “No, no. Tengo que hablar contigo. Soy seropositivo”” - recuerda Montserrat. “Lo miré y dije: “¿Qué quieres decir con esto?”. Conocía mucha gente con VIH y estaba bien, por lo que no pensé que fuera un problema. Me dijo: “Bien, en mi caso he desarrollado SIDA y no quiero que te contagies de nada”.
“En ese momento nadie sabía cómo se transmitía y había una posibilidad de que fuera a través de la piel o de la saliva. Le dije: “Pero tú eres tan fuerte, y tu voz…”. Él dijo: “Sí, soy fuerte. Puedo hacerlo. Aún puedo grabar este álbum”.
“Fue muy duro para mí aceptar todo esto, pero nada tan duro como lo que él debe haber estado sintiendo” - dice Caballé. “Yo sólo estaba tan satisfecha de que él se hubiera sentido capaz de confiar en mí. Significó que realmente debe haber valorado nuestra amistad”.
“Nuestras voces combinaban bien juntas y él me gustaba, lo respetaba y amaba su música. Era una relación especial. Él dijo: “Te gusta la música de la misma manera que a mí”. Le dije: “Sí, eso es una gran verdad”.
Cuando cantaron juntos en Barcelona para darle la bienvenida a la bandera olímpica en octubre de 1988 interpretaron tres canciones, incluída la estremecedora How Can I Go On [Cómo Puedo Seguir Adelante], que trata el tema de la mortalidad. Irónicamente, esta sería la última actuación en vivo de Mercury. Dice Caballé: “Mientras cantaba reparé en que sus ojos estaban brillantes de lágrimas. Le di mi mano. La aferró y la besó. Estaba claro que era consciente de su propio destino. Fue su adiós, por lo menos al escenario”.
Ella habló por última vez con él algunos meses antes de su muerte en 1991. Estaba grabando en Londres y lo telefoneó. “Estaba enfermo pero yo quería verlo. Él dijo: “No, no. No vengas. No estoy presentable”. Le dije que había justo grabado para él un aria del Fantasma De La Ópera que ambos amábamos, Wishing You Were Somehow Here Again [Deseando Que Estuvieras Aquí De Alguna Manera]. Fue reproducida en los parlantes del estudio para él y dijo luego: “Eso fue maravilloso. Es exactamente como quería que la hicieras. ¿Puedes enviármela?”. Y esa fue nuestra última conversación”. La canción termina con la línea “Ayúdame a decir adiós”.
Sin Freddie para hacer el dúo, ella no aceptó cantar Barcelona en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 1992. “Freddie no podría ser reemplazado por nadie” - dice firmemente y con gran tristeza. Nunca ha vuelto a interpretar la canción.
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